NATALYA LEER
HABLAMOS CON NUESTRA EMBAJADORA DE LA CARAVANA SOBRE BIENESTAR EMPRESARIAL
Empecé mi carrera haciendo simulación de yacimientos para Exxon, Chevron y luego Bass Brothers. Hice algunos trabajos de investigación para un banco de inversión en energía y planeaba pasar al lado de los compradores, pero me atrajo el canto de sirena de la tierra de las nuevas empresas. Me mudé a Nueva York hace un año, algo que siempre quise hacer, e intento aprovechar la vida al máximo.
Bueno, la mayoría de la gente no empieza a pensar en el bienestar hasta que tiene que hacerlo. He soportado mucho estrés, gran parte del cual ni siquiera era mi carga, y naturalmente ha hecho mella en mi cuerpo. El tiempo que pasé en la banca me sirvió para recalibrar mi enfoque del bienestar y la salud, especialmente la salud mental. Cuando trabajas 100 horas semanales y tu depósito de gasolina está bajo mínimos, aprecias de forma diferente el peaje individual de cada pequeña cosa que dejas pasar o que normalmente pasaría desapercibida. Dirigir una startup ha hecho que sea aún más importante poner en marcha un sistema autosuficiente para cuidar de mí mismo.
Por la noche, apago el wi-fi y los datos del móvil, y activo el modo No molestar una hora antes de irme a dormir. De esta forma, cuando me voy a la cama, no me entran ganas de responder a ese último correo electrónico o mensaje de texto, y no hay zumbidos ni pitidos que me despierten en mitad de la noche. Empecé a dormir mejor y a no sentirme como un zombi por las mañanas, aunque me hubiera quedado despierto hasta tarde la noche anterior.
Por las mañanas me propongo ir andando al trabajo y añadir algo pequeño pero significativo a mi trayecto, normalmente ejercicios de respiración o una meditación. Para mí, una meditación consiste principalmente en reunir mis pensamientos y establecer mis intenciones para el día, aunque últimamente he empezado a trabajar para desarrollar mi "modo de observador desapasionado". Me gusta la sección de meditación de CARAVAN porque es bastante agnóstica y ofrece muchas opciones. La meditación clásica de "siéntate quieto y no pienses en nada" no me funciona, porque me aburro y me inquieto enseguida. Elogio a la gente que puede hacerlo, pero yo necesito algo un poco más atractivo para tener la oportunidad de seguir con ello el tiempo suficiente para obtener algún significado o valor.
Los días que fijo como días de gimnasio, primero voy al gimnasio (está cerca del trabajo), luego abro mi correo electrónico, etc. A veces me paso una hora en los vestuarios respondiendo a la avalancha de mensajes, pero en cuanto consigo una pausa, ya estoy allí con mi ropa de entrenamiento, listo para darle a las pesas, aunque sólo sea durante 20-30 minutos. El estrés cataboliza los músculos, así que siempre me aseguro de incluir algún tipo de entrenamiento de fuerza en mi día a día, incluso en los días que no voy al gimnasio. Me gustan mucho los ejercicios con el peso del cuerpo, porque son una gran oportunidad para afinar la forma.
La gran mejora ha sido mi disfrute general de la vida. Durante mucho tiempo se ha presionado a los emprendedores para que siempre proyectaran positividad, y hasta cierto punto sigue existiendo, pero afortunadamente la comunidad en general está empezando a reconocer los estragos que el emprendimiento causa en la salud mental, y se está abriendo a hacer algo al respecto. Una opinión impopular desde el fondo de "Yes We Can" y "Lean In", pero tener que parecer positivo y "en marcha" cuando ya estás agotado no sólo es duro, es tóxico.
Me encanta que la Sección de Positividad de CARAVAN tenga vídeos como "Cómo luchar correctamente" y "Aprende a decir no". Eso, para mí, es la base de la positividad *auténtica*.